LOS CAMINOS DEL ESPAÑOL

Lec. 5. Presentación

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CARLOS: Lección quinta: "Las lágrimas del héroe". En la quinta etapa de nuestro camino, la lengua, entonces llamada lengua castellana, se va a expandir. Nosotros, vamos a viajar con ella en esta expansión; y lo haremos cabalgando por tierras castellanas y por tierras aragonesas y también valencianas. Y eso será en los últimos años del s. XI.

Cabalgaremos al lado de un hombre, un capitán de fortuna llamado Rodrigo Díaz de Vivar con el nombre honorífico de El Cid Campeador. Este personaje, histórico, idealizado en un famoso cantar de gesta, llamado el Poema (el Cantar) de Mio Cid, al frente de una mesnada personal, va a llegar a apoderarse de la ciudad de Valencia. ¿Dónde estaba Valencia?

La ciudad de Valencia está en el este de la Península Ibérica. Aquí, en el borde del mar Mediterráneo. El Cid la conquistó y la retuvo nueve años. Pero, antes, el rey Alfonso VI de Castilla y León (precisamente el rey del Cid Campeador) va a avanzar la Reconquista hasta el valle del Tajo (que es esta línea que vemos aquí de azul). Estos avances cristianos, especialmente la reconquista de Toledo (aquí está Toledo), el año 1085 -cuya captura fue saludada como un verdadero símbolo de la recuperación del pasado visigodo- van a confirmar el dinamismo del Reino de Castilla y León. Y, además, gracias al ensanchamiento de este avance hacia el sur y hacia el este y hacia el oeste, van a convertir al castellano al finalizar el siglo XI, en... la lengua de mayor extensión territorial en la Península Ibérica.

Esto explica que hoy aparezcan aisladas., a pesar de sus semejanzas, el gallego-portugués, en esta zona, y el catalán en esta zona; dos lenguas que antes se daban la mano y que, el castellano, ha dividido al obrar como una cuña entre las dos y ensanchar su dominio territorial como vemos en este mapa.

En esta etapa y en relación con este avance en el último tercio del s. XI, vamos a conocer la primera gran obra literaria en lengua castellana, que se llama el Cantar del Mio Cid.

Es uno de los varios cantares de gesta (se habla de que hubo más de quince, tal vez hasta veinte), cantares de gesta perdidos hoy día, que circulaban por Castilla y que eran recitados por juglares. Los conocemos gracias a las referencias que sobre ellos hay en crónicas y en historias posteriores. Estas historias, estos cantares de gesta, ensalzaban cualidades como el valor y el orgullo, pero, quizás -y en esto el Poema de Mio Cid se distingue- también muestran la humanidad del héroe. El Cid, héroe para muchos, soldado mercenario para otros, se muestra con una humanidad que le hace derramar lágrimas: son las lágrimas del héroe al que da título esta etapa. El Cid llora cuando se despide de su familia; el Cid siente tristeza cuando sufre la enemistad de su rey...

Con el Cid vamos a cabalgar, por lo tanto; vamos a cabalgar con él en castellano: lo haremos por las tierras de Castilla, primero -cuando es desterrado-, después por las tierras de Aragón -ocupadas por los musulmanes-, y finalmente por las tierras de una ciudad que da al mar, la ciudad de Valencia. Al llegar a Valencia, el castellano se asoma al mar por primera vez.