POR EL CAMINO DEL CID

La dificultad del viaje.

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Carlos: Una pregunta: y los niños españoles, ¿cómo reaccionan? Un niño de qué ¿ocho, nueve, diez años?, ¿cómo reaccionan a esto?
Evaristo: Bueno, los niños españoles, concretamente éstos -yo, vamos tuve la experiencia de estar con ellos-, pues reaccionaron muy bien. La ilusión, era la primera, que iban a salir de una forma diferente.
Carlos: ¡Jo, con la salida! Puede ser peligroso
Evaristo: Ya, era la primera vez que iban a salir de una forma diferente. Entonces, la verdad es que yo no se lo puse nada fácil: Mirad, son tres días. Es muy dura la ruta. Es una bicicleta de montaña, no hay algodones, ni sábanas limpias. Y lo curioso de los chavales es que cuando más difícil les pones el recorrido, más se animan. Mirad, yo os voy a dar un mendrugo de pan. Y os voy a dar un taco de chorizo.
Carlos: Pan y chorizo y hacer el camino.
Evaristo: Y vas haciendo el camino. Y eso sí, cuando Vidal diga que hay que coger agua en una fuente, cogemos agua.
Carlos: ¿Y dormir? ¿Dónde dormían?
Evaristo: Y dormir,
Carlos: ¿Albergues?
Evaristo: Dormimos donde buenamente pudimos. Concretamente la primera noche, pues dormimos en Mecerreyes, en un pueblo que tuvimos la gran suerte de que una vez metidos todos en el saco cayó una tormenta de agua más grande que el tifón que tenéis vosotros en Japón.


Versión original

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Versión moderna

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Pregunta:

¿Qué ocurrió en la primera noche?