El río Arlanzón. Burgos
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Prof: Bueno, estamos en Burgos y estamos al lado del río Arlanzón, que es la vía fluvial que atraviesa la ciudad de Burgos y que es mencionada en el poema varias veces. Sabemos que el Mío Cid Campeador, tan pronto le fue comunicada la orden del destierro por el rey, se puso en marcha e intentó aposentarse en Burgos, ¿no? Sin embargo, la orden del rey exigía que nadie le diera alojamiento en la ciudad. De forma que él, el Cid Campeador, con sus ciento sesenta fieles caballeros, que le acompañaran en su destierro, tuvo que aposentarse en la glera. La palabra glera, que ha sido traducida en español moderno diversamente como "arenal" o como "campo de piedras", "campo pedregoso", ocupaba realmente el lugar donde estamos ahora a ambas márgenes del río Arlanzón. Probablemente el lado de allá, en donde hoy día vemos casas y antiguamente, hace mil años casi justamente, era un lugar despoblado en donde, parece ser que podían vivir leprosos incluso, o gente con enfermedades contaminantes, que vivían extramuros de la ciudad, fuera del recinto amurallado. De forma que el Cid tuvo que acampar, probablemente en tiendas de campaña o durmiendo a cielo raso, bajo las estrellas, en la glera, porque el rey había prohibido que se le diera cobijo, casa, e incluso, alimentos debido al destierro que ya había empezado a sufrir.
Versión original
La oración fecha, luego cavalgava,
salió por la puerta e Arlançón passava;
cabo essa villa en la glera posava,
fincava la tienda e luego descavalgava.
Mio Cid Ruy Díaz, el que en buen ora cinxo espada,
posó en la glera cuando no¥l' coge nadi en casa,
derredor d'él una buena conpaña;
assí posó mio Cid commo si fuesse en montaña. (v.54-61)
Versión moderna
Acabada la oración, al punto cabalgaba,
salió por la puerta y el Arlanzón cruzaba;
junto a la ciudad en la glera acampaba,
plantaba la tienda y luego descabalgaba.
Mio Cid Ruy Díaz, el que en buena hora ciñó la espada,
acampó en la glera, pues nadie lo acoge en su casa,
pero a su alrededor hay una buena mesnada;
así acampó mio Cid como si estuviese en la montaña.
Pregunta:
¿Dónde se acamparon el Cid y sus fieles? (v.54-61)