Entrevista con Padre Marcos. Monasterio San Pedro de Cardeña.
[ANTERIOR] 46 (277) [POSTERIOR]
Profesor Rubio: Bueno, buenos días. Estamos en nuestro tercer día del Camino del Cid como peregrinos. Y un punto que no puede fallar es detenernos en el Monasterio de San Pedro de Cardeña, donde generosamente el Cid Campeador fue acogido y donde dejó en custodia a su esposa y a sus dos hijas. Tenemos el privilegio de estar con el Padre Marcos, que es el Abad de este Monasterio, San Pedro de Cardeña, que, pese a lo ocupado que está, amablemente va a dedicar unos minutos a explicarnos, pues, algo del monasterio y a responder a unas preguntas que vamos a hacerle. En primer lugar, Padre, cuando se dice en el poema: "al corral dieron salto", ¿no?, lo dicen, ¿no?
Padre: Sí.
Prof.: ¿Dónde cree usted que podría estar el corral?
Padre: Eh..., es el claustro.
Prof. : El claustro.
Señor: El claustro. Sí, es el claustro.
Prof.: ¿Pero el claustro no dicen que estaba cerrado a las mujeres en esa época? Porque estaba la mujer del Mío Cid, estaban las hijas... ¿No era un espacio reservado para los hombres?
Padre: Bueno, entonces la clausura no era como es ahora. Era un poco más amplia.
Prof. :¡ Ah, más amplia!
Padre: Y eso no quiere decir tampoco que no se hiciese una excepción por la, por la circunstancia que había entonces, ¿no?
Prof.: Sí.
Versión original
Llamavan a la puerta, y sopieron el mandado.
¡Dios, qué alegre fue el abbat don Sancho!
Con lunbres e con candelas al corral dieron salto,
con tan grant goço reciben al que en buen ora nasco. (v.242-245)
Versión moderna
Llamaban a la puerta, allí supieron el recado.
¡Dios, que alegre se puso el abad don Sancho!
Con antorchas y candelas salieron al patio,
con tanto gozo reciben al que nació con buen hado.
Pregunta:
¿Dónde el Padro Don Sancho recibió al Cid?